Raro.
El día se levanta con un frío
inusual, bajan las temperaturas y las nubes asoman en lo alto con un tono ‘Chaqueta
Metálica’.
Mientras una parte del equipo
sube 10 minutos antes, otros esperamos en la plaza acompañados del evento de la
media Marathon de Alcalá.
Somos muy pocos.
Raro.
No más de 5 ó 6 salimos en lo que
se preveía iba a ser la ‘Guerra del Vietnam’ y que ahora pintaba más como ‘Blancanieves
y los Siete Enanitos’.
Llegados a la última de las rotondas
antes de la subida al Gurugú encontramos al resto de piratas, a cual más
villano, todos con un racimo de monedas de oro para engatusarte y un puñal en
la espalda para acuchillarte.
Comienza el ascenso. Rabiosos como
bestias, Oki y Patillas, tiran del carro.
Atrás no se escucha nada más que
el resoplar de viles y rufianes con el puñal entre los dientes.
18, 19. 20, son los km que marca
el obtuso contador que informa, frío y sin sentimientos, de lo mal que lo está
pasando tu pertrecho cuerpo.
Cabizbajos vemos las líneas de la
carretera pasar deprisa.
Girar la testa es de cobardes.
Hay bajas. Qué raro,…
¿Venganza o superación?
Llegando a Villalbilla, los
solitarios guerreros aún existen, aquellos que con un mosquetón y mucha valentía se lanzan al abismo sin pensar lo que
puede pasar, así, Viti, se va.
Astutos zorros esperan observando
la presa desde atrás.
Entonando bárbaros coros de remeros,
Oki y Miguel, marcan los palos contra el gris del suelo.
A mayores, salpicamos de sudor el
banco que nos sujeta a la muerte.
Se estila maniobra de loco
marino, tres brazadas al sureste son suficientes para encontrar una ligera
brizna de viento que empuje la fragata de Patillas al alto con cierta distancia
de los destructores.
Acunados por el zozobrar de las
olas, los intrépidos Oki y Miguel, no le dejan escapar. En lo alto le dan caza y
un escurridizo Javi´s hijo, azota el golpe mortal.
Estamos en alta mar, las olas son
grandes y los vientos cada vez mayores. La flota se pierde en el horizonte.
No se sabe bien lo que hacer, se
espera o se sigue.
Estamos jugando a la ruleta rusa.
Nos juntamos, pero, ¿cuántos de
cuantos?
Se baja Pezuela y llegando a La
Venta del Cojo somos de nuevo ‘La Familia de la Pradera’.
Ahora, toca serenar al pequeñajo
que tenemos entre las costillas, que vienen tiempos difíciles.
Se junta un proscrito entre las
filas de los locos pródigos de las dos ruedas, Tielmes.
Subimos Los Cochinos.
La desquician-te velocidad impuesta
por Oki hace tomar las primeras rampas por encima de los 20 km/h, así aguantan
los Titanes hasta que el cuerpo dice 'vasta' y sólo unos pocos llegan a la cima.
El juego es de estrategia.
Alessandro y Nico lo han hecho a
las mil maravillas en este tramo, llegando con fuerza hasta arriba con los
mejores.
En Olmeda se rompe el pelotón.
Llegados a Villar se enfoca otra
ascensión que de nuevo vuelve a Liderar Oki hasta la cima, nadie entra al
trapo, la gente está cansada. A buen ritmo y con escarceos agresivos de
potencia se toma Nuevo Báztán para bautizar nuestra
triste sangre con un poco de azúcar de aguardiente.
La vuelta, se hace por la Olmeda,
la subida no es disputada en exceso y Oki con Alessandro y Javi´s hijo, dan un
recital de potencia.
Llegamos a Pezuela y nos rompemos
de nuevo. Nos quedamos sin Patillas, Oki y algunos más, que prefieren tomar
dirección Pioz para hacer más corto el camino a sus casas.
Ahora somos 14 los que luchamos
de cara contra un viento que nos va matando metro a metro. El coche de apoyo
ayuda a recuperar al pelotón.
Aquí, Miguel, Alessandro y Nico
han dado el callo hasta Corpa.
Dirección Valverde quedamos 12.
Se ve un nivelazo. Se nota que la
gente entrena y que están tomando forma cada fin de semana que pasa.
Como nunca visto, se forma un
relevo de 12. Increíble, uno a uno, en ritmos adecuados, van tomando la cabeza
y dejándose caer hasta el final para luego volver a subir.
Así, a impecables relevos hemos
llegado hasta Los Hueros donde Carnes y Borrego han querido poner a prueba sus
fuerzas impulsando al grupo con un demarraje que los ha llevado hasta la
Glorieta de lo Alto del Gurugú.
Sin más.
Sin menos.
Así se cierra otra cuenta de
resultados que, si bien guarda un saldo de grandes beneficios extraordinarios,
adolece de la constancia de los buenos márgenes de ganancias operativas
aportadas por el macro groso importante del equipo.
Feliz día del padre.
JC, V´12
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