lunes, 19 de marzo de 2012

Marcha X - El Bucle


Raro.

El día se levanta con un frío inusual, bajan las temperaturas y las nubes asoman en lo alto con un tono ‘Chaqueta Metálica’.

Mientras una parte del equipo sube 10 minutos antes, otros esperamos en la plaza acompañados del evento de la media Marathon de Alcalá.

Somos muy pocos.

Raro.

No más de 5 ó 6 salimos en lo que se preveía iba a ser la ‘Guerra del Vietnam’ y que ahora pintaba más como ‘Blancanieves y los Siete Enanitos’.

Llegados a la última de las rotondas antes de la subida al Gurugú encontramos al resto de piratas, a cual más villano, todos con un racimo de monedas de oro para engatusarte y un puñal en la espalda para acuchillarte.

Comienza el ascenso. Rabiosos como bestias, Oki y Patillas, tiran del carro.

Atrás no se escucha nada más que el resoplar de viles y rufianes con el puñal entre los dientes.

18, 19. 20, son los km que marca el obtuso contador que informa, frío y sin sentimientos, de lo mal que lo está pasando tu pertrecho cuerpo.

Cabizbajos vemos las líneas de la carretera pasar deprisa.

Girar la testa es de cobardes.

Hay bajas. Qué raro,…

¿Venganza o superación?

Llegando a Villalbilla, los solitarios guerreros aún existen, aquellos que con un mosquetón y mucha  valentía se lanzan al abismo sin pensar lo que puede pasar, así, Viti, se va.

Astutos zorros esperan observando la presa desde atrás.

Entonando bárbaros coros de remeros, Oki y Miguel, marcan los palos contra el gris del suelo.

A mayores, salpicamos de sudor el banco que nos sujeta a la muerte.

Se estila maniobra de loco marino, tres brazadas al sureste son suficientes para encontrar una ligera brizna de viento que empuje la fragata de Patillas al alto con cierta distancia de los destructores.

Acunados por el zozobrar de las olas, los intrépidos Oki y Miguel, no le dejan escapar. En lo alto le dan caza y un escurridizo Javi´s hijo, azota el golpe mortal.

Estamos en alta mar, las olas son grandes y los vientos cada vez mayores. La flota se pierde en el horizonte.

No se sabe bien lo que hacer, se espera o se sigue.

Estamos jugando a la ruleta rusa.

Nos juntamos, pero, ¿cuántos de cuantos?

Se baja Pezuela y llegando a La Venta del Cojo somos de nuevo ‘La Familia de la Pradera’.

Ahora, toca serenar al pequeñajo que tenemos entre las costillas, que vienen tiempos difíciles.

Se junta un proscrito entre las filas de los locos pródigos de las dos ruedas, Tielmes.

Subimos Los Cochinos.

 La desquician-te velocidad impuesta por Oki hace tomar las primeras rampas por encima de los 20 km/h, así aguantan los Titanes hasta que el cuerpo dice 'vasta' y sólo unos pocos llegan a la cima.

El juego es de estrategia.

Alessandro y Nico lo han hecho a las mil maravillas en este tramo, llegando con fuerza hasta arriba con los mejores.

En Olmeda se rompe el pelotón.

Llegados a Villar se enfoca otra ascensión que de nuevo vuelve a Liderar Oki hasta la cima, nadie entra al trapo, la gente está cansada. A buen ritmo y con escarceos agresivos de potencia se toma Nuevo Báztán para bautizar nuestra triste sangre con un poco de azúcar de aguardiente.

La vuelta, se hace por la Olmeda, la subida no es disputada en exceso y Oki con Alessandro y Javi´s hijo, dan un recital de potencia.

Llegamos a Pezuela y nos rompemos de nuevo. Nos quedamos sin Patillas, Oki y algunos más, que prefieren tomar dirección Pioz para hacer más corto el camino a sus casas.

Ahora somos 14 los que luchamos de cara contra un viento que nos va matando metro a metro. El coche de apoyo ayuda a recuperar al pelotón.

Aquí, Miguel, Alessandro y Nico han dado el callo hasta Corpa.

Dirección Valverde quedamos 12.

Se ve un nivelazo. Se nota que la gente entrena y que están tomando forma cada fin de semana que pasa.

Como nunca visto, se forma un relevo de 12. Increíble, uno a uno, en ritmos adecuados, van tomando la cabeza y dejándose caer hasta el final para luego volver a subir.

Así, a impecables relevos hemos llegado hasta Los Hueros donde Carnes y Borrego han querido poner a prueba sus fuerzas impulsando al grupo con un demarraje que los ha llevado hasta la Glorieta de lo Alto del Gurugú.

Sin más.

Sin menos.

Así se cierra otra cuenta de resultados que, si bien guarda un saldo de grandes beneficios extraordinarios, adolece de la constancia de los buenos márgenes de ganancias operativas aportadas por el macro groso importante del equipo.

Feliz día del padre.



JC, V´12




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