domingo, 4 de mayo de 2014

Moratilla de los Meleros

Los Domingos son parecidos a carreras.

Las zonas complicadas, se aprietan a muerte.

Las zonas llanas, se ‘lelaja la laja’.

Está claro que nunca seremos un grupo numeroso, pues aquí, para estar, y… ¡digo estar!, no ganar. Hay que entrenar, sufrir y saber correr.

Es tónica habitual que los Yayos organizan salidas en paralelo para los que más tranquilos quieren salir en estos Domingos ‘locos’.

Así, por 15 minutos, hay un grupo que sale antes desde un punto variable.

Los demás,… a la guerra del domingo nos aferramos para sufrir el ritmo de los que más andan.

Es difícil, si no, imposible, aguantar estas embestidas mañaneras, frías como el café y el hielo y no decir renunció a mitad de la ascensión.

• Pero así somos.

• Así nos parieron

• Y… así,…

• Seguiremos siendo.

Luchadores y sufridores del Gurugú, apañamos plato, piñones y riñones para aguantar al ‘Gaditano’ (Javi Morilla) que nos aprieta a más de 22 km/h en plato durante ese kilómetro de ascensión.

Las cuestas, repechos y puertos se cuentan de una en una,… está es más corta, esta… más larga, esta,… ‘me la quedo en el bar del pueblo tomando una caña’.

Mirar atrás es sobrehumano, un montón, por no decir todos, aguantan carros y carretas.

Se circula tan rápido que aún en la intención de esperar a los rezagados,… no hay forma.

Lo que para algunos sería un llaneo despiadado, para este grupo es esperar que lleguen los de atrás.

Por fin,… ¡increibe!.

Agrupado el pelotón y con los efectivos más débiles exhaustos, se vuelve a atacar,…

Santorcaz, se asciende a muy buen ritmo y dejando lucirse al Ñapas que sale por el interior izquierdo diciendo ¡aquí estoy yo!
Llegando a Pozo aparece Keko Brevet, que se une al grupo.

Descenso de Aranzuque,llaneo hasta Tendilla y… ¡apretones!, repecho tras repecho.

Viti y Pani, asumen la pestosa ascensión a un ritmo cómodo para gente entrenada y… todos, aguantamos perfectamente.

¡Olé por ellos!

Llegados a lo alto, la gente se pone nerviosa a ver al Keko tirar en cabeza.

Relevo, tras relevo, la multitud pide pasó a gritos.

Uno tras otro entramos al trapo subiendo la velocidad km a km.

El descenso hasta Moratilla es una locura.

En medio de una carretera estrecha con gravilla en las curvas, el pelotón arriesga el pellejo en trazadas complicadas entre pasadas de frenada.

- Y el cielo azul.
- Y las plantas verdes.
- Y el fresco del aire.
- Y la soledad del pueblo

Grupitos,… calculadora en mano y… un equipo de velocistas en planificado ataque llano… asaltan a la entrada del pueblo,… como villanos,… millón de dólares en mano.

No hay mucho descanso.

Viti es el amo del tiempo y hay que volver rápido, los vinos de Alcalá y el bienestar de muchos ciudadanos dependen ‘deste’ rapaz.

A correr.

Casi se corta el café con leche en el 'galgado' estómago del cazador de sensaciones.

RENERA.

Subida tendida, apta de plato*23 es morada de los potentes del corto plazo.

En grupo empieza y en solitario, cierra. Juankar, Patillas y Viti se la juegan plato a plato en un mano a mano.

Descenso peligroso.

Aranzueque es punto de unión de un grupo, por momentos menor.

Subir a Pozo.

Más plato y fuerza.

Juankar, Patillas y Villalbilla, se la juegan la subida hasta al final sin vencedores ni vencidos.

Nadie quiere morir.

Recuperamos en Pozo a los que quedan.

A correr hasta el reventón para ver como Ñapas ataca y se intenta escapar.

Poco a poco nos acercamos, le dejamos desgastar en la subida y en los últimos 10 metros apretamos,…

Solitarios, los tres siguen empujando hasta el final.

Sin duda, muchos dirán que:
 - Es demasiado,
 - Que no vuelvo,
 - que así no se puede,…

Pero esta Peña,… es así.

Gente que adora entrenar y correr.

Que vive el kilómetro de esfuerzo como un éxtasis de superación.

Y… eso… ES VIDA.

Hasta la semana que viene.

JC, V´14