Sapos y culebras campan a sus anchas frente al ojo que todo lo ve.
El destino y acciones de unos pocos, hoy, será comandado por la locura de una bruja de ojos morados, dientes afilados y largas muertas uñas negras.
Lo primero es un día feo, gris, que quite las ganas de salir, luego,… agrietemos el suelo, los caminos, posemos oscuridad y desolación en las ideas del los seres humanos, la envidia y la avaricia dominarán este territorio hostil que aún sin estar previsto, ellos, van a descubrir.
Mano, vieja, sucia y de huesudos largos dedos, sobrevuela la bola susurrando frases horribles que atraigan a los grandes ciclistas de todos los lugares de la comarca.
Un instinto irrefrenable se apodera de los seres aducidos que acuden como marionetas a la trampa.
¿Frío? – menos que ayer. ¿Saliste ayer? – Si.
Salen en grupo.
La bruja se rasca la entrepierna y hace de las suyas, hagamos desaparecer a uno, que se vaya solo, poseído como el diablo.
Así fue.
Poseído, hace girar las ruecas de la hilandera y desaparece por entre la niebla.
La ruta sigue.
En días así lo mejor es estar unido.
Se rueda a buena velocidad por Fresno de Torote, Serracines y Ribatejada, llegando la primera de las veces al Casar.
Un mal presagio se cierne.
Ademán de instrucciones.
Modificar la ruta
Descenso a Talamanca del Jarama con el desaparecido reincorporado.
Desde aquí, un largo ascenso puntuable con recta final hasta Mesones.
Se abre la veda.
El ritmo se incrementa y el grupo se rompe.
Los hasta ahora escondidos en las posiciones de cola hacen acto de aparición, lo escaladores que no han tirado ni un solo metro asumen puestos de cabeza.
La batalla está servida.
Llegamos a la larga recta que une Mesones con el Casar.
La ascensión intentó ser dominada por JuanKar y Viti, pero Alessandro puso su ley y el grupo llegó compacto arriba.
Estrategia equivocada.
Quedan demasiados buenos, toca ver si habrá lucha.
La bruja tira las tabas sobre la mesa, escupe sobre la bola y profetiza un mal augurio.
Ataques por doquier.
Existen dos grupos claramente diferenciados dentro de la misma Peña que lucha a muerte por la Meta Volante, los pros de entre-semana y los padres de familia, más numeroso y menos organizado.
Aún así, la batalla es de igual a igual, lo ataques de los pros son neutralizados de uno en uno por unos padre de familia en formación de látigo.
Al final y tras largos km de sufrimiento la carta escondida se lanza, rompe Viti.
Se aleja unos metros pero no son suficientes, Patillas recorta metros y tras de él, todos los demás hasta llegar a El Casar.
Los padres de familia toman nota, aprenden deprisa y para las próximas batallas definirán sus estrategias.
Esta es la primera de una de las muchas luchas que vamos a vivir.
La bruja lo sabe, ríe y se relame de gusto.
Se para en la Calle Olivo, donde en el bar de siempre el camarero nos atiende con esmero.
Cafés a un euro y mini-bocata de pan tomaca de gratis, así seguro que vamos más veces.
La vuelta, como siempre, se sale a toda pastilla, sin esperar, confusión y a palos.
Porras la vuelve a liar parda, en esta ocasión, seguido de Antoñito y de Borrego, según los metros.
Atrás se va bien, constante y sin dejarse llevar, lo que hace que la rodada sea buena.
En todo momento se superan los 35 – 40 km/h.
Llegada al puente de Alcalá, de nuevo, al sprint.
Sapos y culebras, día gris y bruja envenenada de intenciones no han sido suficientes para amargar el dulce a estos ciclistas.
Arruinada en sus pensamientos, se sienta frente al fuego.
- Quizás ya sea demasiado vieja
- Quizás no fui demasiado oscura.
Clama a la luna llena: - ¡Volveré con mis peores intenciones la semana que viene!
Hasta la próxima batallita.
Un fuerte abrazo.
JC, V´13
