Otra primavera.
Vinieron de uno en uno hasta
formar los 15.
La etapa, fácil. 60 kilómetros,
que comparados con las torturas de las últimas semanas presagiaban
tranquilidad.
Y así fue.
Calma, relax, charla.
Se tiraba en relevos tranquilos, en
cabeza casi siempre el viejo Edmun con Pasamar marcando.


Fuera, las bicicletas eran
observadas por gente poco recomendable.
La bajada del muro de Paracuellos a toda pastilla, con algún pequeño percance al hacer el interior de una curva
demasiado ajustada a la línea.
Subiendo Belbis, recuperamos a
los adelantados, liderados por Graciano.
La ascensión desde Cobeña a Ajalvir, tuvo escapada. Pasamar y Antoñito se fueron solos en un mano a mano hasta la Cima.
Y así, sin mucho más que contar
que la vieja anécdota de Santiago y Castaño separándose del grupo en la penúltima
glorieta antes de llegar a Alcalá, ‘no se sabe a ver bien qué’, terminó otra bonita jornada de ciclismo.
¡Hasta mañana!
JC. V´12
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