domingo, 27 de mayo de 2012

Marcha 137: Moratilla de los Meleros


Finales de Mayo.

Aún no vemos amapolas.

Termina el mes y los proverbios del oráculo hablan.

Queda poco, se acerca, se siente, llega la Reina y la etapa especial.


Hay que ponerse en forma.


Un clásico vuelve (Pirata) y una leyenda reaparece (Magro).

-x-

El día, al igual que ayer, se levanta algo frío.

Mientras en lo alto del Gurugú se ve dar vueltas en la glorieta, cual peonza,  a Javi ‘ el Guardia’.  En los atolladeros de la montaña, suben en grupo Castaño, Romi y otros. Más abajo y por detrás, Bernardo ha emprendido también camino a lo alto.

En el lugar de siempre, los de siempre.

En menor número y tras los 5’ de rigor, salen 7 devoradores Kilómetros a recuperar a los socios adelantados.

El día es maravilloso, lo especial del azul de cielo y las agradables temperaturas te invitan a practicar ciclismo.

Subimos el Gurugú a buena marcha llevados por Patillas y Nico.

Nadie pierde la estela.

Ponemos rumbo a Anchuelo.

Entre carcajadas y vaivenes seguimos siendo empujados por los mismos.

Ya llegando cambiamos de pareja.

David ‘de Torrejón’ asume la responsabilidad de subirnos hasta Santorcaz.

Mantiene la calma, escudriña los cambios y decide la suerte de todos.

De nuevo, el estilo es clave y la orden sube agrupada hasta lo alto.

Arriba, entrenamiento contra el viento a 180 ppm hasta la Meta Volante del Pozo donde damos caza al Grupo de Romi, Castaño, Bernardo, Socu y … EL PIRATA.

Reencuentro con un clásico tras las obligadas vacaciones impuestas por la última lesión.

El descenso hasta Pozo: precioso.

¿Qué decir? Se sigue el rebufo en bajada a 60 km/h trazando curvas de ensueño sobre suelo seco.

Conquistado Aranzueuque, pasamos Armuña para llegar a Tendilla.

Antes, Viti, Socu, el Pirata y no sé si alguno más, nos dejan para luego reencontrarnos en Pozo.

La subida hacia Fuentelencina se hace a ritmo marcado por Patillas y Villabilla.

Nadie se queda, salvo en los últimos metros, donde se vive el frenesí por los puntos de la montaña.

Avanzamos un poco y discurrimos a casi 1000 metros de altura por esa carretera estrecha y maravillosa que dejando a mano derecha un espectacular Club de Hípica te embuda hacia el pueblo de Moratilla de los Meleros.

Abrimos las ventanas del bar maloliente donde pedimos café para beberlo rápido  y descansar un poco en la terraza exterior.



Si bien nos encontramos con Graciano dentro, este y su grupo se apresuran a salir para marcar su propio rumbo y ruta. El objetivo es llegar a Pozo juntos, cada uno a su ‘play’.

Ya estamos de nuevo en carretera.

Ahora le toca el turno a la cuesta de Renera.

Respetuosamente dejamos tirar a Bernardo y Nico.

Mucha charla en esta ascensión, grabada en nuestras memorias por sufrimiento, le dan un toque distinto a la subida.

Llaneo y descenso nos llevan hasta Aranzueque donde un desconocido, a rueda, quiere poner guerra en este grupo, hoy en paz.

Empezando la subida de Aranzueque nos ataca, seguimos tranquilos sin entrar al trapo todos salvo Patillas, que le coge rueda y lo mantiene seco a 100 metros del pelotón, Disfrutamos  como ‘la marca’ le impide coronar en solitario.

Al final, Patillas le supera sin problemas y el pelotón, en relevos, recorta distancias hasta llegar al pueblo de Pozo de Guadalajara.

Allí nos encontramos con los antes perdidos compañeros formando un grupo grande que sin más dilación sigue camino hacia de nuevo Anchuelo.

Gran novedad.

Aparece la leyenda, Magro, embutido en los colores del grupo entra a rueda para acompañarnos los últimos metros hasta Alcalá de Henares.

Antes, Borrego y Chus, a base de potencia suben ‘El Reventón’ a buena velocidad.

Hasta la semana que viene.

JC, V´12

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