Es Junio, el periódico no para de
decir que España va mal y no sabemos cómo estaremos de aquí a un mes en el
caso de que una de esas Grandes Estrellas Azules, llamadas bancos, se fuera a
pique.
-x-
Mientras, el día se levanta como
cualquier otro 2 de Junio, el sol y el calor protagonistas de la jornada.
Poco a poco, en la plaza aparecen
caras conocidas.
Las conversaciones cruzadas
hablan del error del libro de rutas en cuanto a la parada se refiere.
Es momento de negociar el pueblo
del café.
Esperados los minutos
obligatorios salimos dirección al Gurugú.
Viti y Alfredo marcan ritmo de
calentamiento en las primeras rampas.
Mientras se pregunta por la receta
de la ‘pócima’ utilizada para perder peso de forma fulgurante a uno de los
compañeros, se sube en pelotón sin muchos esfuerzos.
De pié bailamos sobre la
bicicletas con aires de grandeza. La charla es síntoma de suficiencia.
Atrás sólo se quedan dos que
recuperan rueda en seguida.
Llegados a Anchuelo el grupo de
cabeza cambia.
Ahora Patillas y Villalbilla
tiran del pelotón en ritmo tranquilo.
Subimos Santorcaz.
En esta ocasión se producen más
bajas que se recuperan en el rellano hacia Pozo.
Pasado el pueblo se gira a la
derecha. Patillas sale del grupo de cabeza mientras se forma un pequeño equipo
durante el descenso.
Antoñito y Fran son los que nos
llevan hasta Aranzueque.
Detrás de ellos, Edi no parece
muy contento.
Viti quiere guerra, incita a
luchar por la meta volante, nadie parece estar interesado en entrar en este
sprint.
Tomamos la Vega del Tajuña en
dirección Loranca. Fran y Eduardo son ahora los que aprietan fuerte las
clavijas del pelotón y hacen saltar algún resquemor de Edi que se queja algo
del ritmo.
Paramos en Ambite, nos
encontramos con los Causapié y Romi.
El horno está caliente y es
probable que en Orusco exista batalla.
Un grupo numeroso prefiere
dejarse el café a medias y salir adelantado.
Otros, sentados, descansan al sol
disfrutando de este día.
Llega el momento.
Ponemos dirección Orusco.
Patillas salta del grupo poniendo
metros de por medio. Jesús y Villabila a la caza le atrapan y bajando el ritmo
nos dejamos coger por Fran, Eduardo, Jesús, Antoñito, David y Soriano.
Soriano y Villabilla ponen ritmo
hasta la ascensión.
La subida comienza a ritmo. De
pie sobre los pedales se asciende deprisa.
A los pocos minutos se quedan
Jesús, Eduardo, David y Antoñito mientras Soriano siga tirando en del grupo restante.
Fran, Patillas y Villalbilla a
rueda de Soriano se dejan llevar durante toda la subida al paso marcado por este.
El equipo está muy fuerte, todos
han perdido peso y llevan entrenando ya desde febrero.
La gente se conoce. El día que
uno salte con fuerza se va a liar, veremos si mañana es el día.
Llegados a lo alto y enfocando
camino a Pozuelo se da la vuelta para esperar.
De nuevo juntos, Patillas tira
por los repechos a buena velocidad.
Luego es Soriano el que lo hace.
El ritmo provoca diferente
reacciones en el cuerpo de los integrantes de la peña, mientras para unos es
normal para otros comienza a ser asfixiante.
Así, con estas diferencias,
llegamos a Torres de la Alameda donde bajamos como salvajes ‘La Dura’.
Hasta 87 km/h se alcanzan en el
Garmin (que, por lo general, son 97 en el indicador de velocidad de un coche
convencional).
Se me saltan las lágrimas del
azote del aire.
El cansancio hace mella y
Patillas, Soriano y Villabilla se escapan del grupo.
Vemos, a lo lejos, entrar al pelotón
adelantado de Castaño y Edi en Los Hueros.
Apretamos, un par de relevos, alcanzados
y sobrepasados.
Sorprendente, MC (‘J’) salta
del pelotón y se pone a rueda para lanzar un ataque en la última rampa.
Buen intento, pero… infructuoso.
La sangre que discurre por las
venas de Patillas se ensalza, contraataca con Soriano y Villabilla hasta llegar
a la glorieta del Gurugú en triunvirato.
Un gran día de ciclismo.
Hasta mañana.
JC, V´12
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