Pelos de mosca, piel de sapo, yema de huevo, excrementos de cerdo y un corte en la yugular, finalizan el sortilegio con la última gota de sangre del cordero degollado.
Disfrazada de dama, la bruja, desciende de las tinieblas de su cueva hasta el campamento de la tribu que aún duerme.
Silenciosa como un lince, elige al azar las ollas de dos chozas para vertir la malébola mezcla.
Descubre su cara, mira al cielo y perjura en bajo.
¿Quiénes serán los envenenados?
Sólo ellos lo dirán.
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Arranca un día frío, inhóspito, más propicio para esconderse que para lanzarse a la carretera.
Decenas de hombres equipados y recién desayunados ocupan la estrada.
Los primeros kilómetros hasta Marchamalo son devorados entre dos.
Viti y Villabilla reinan sobre las llanuras de Meco, Azuqueca, Alovera, Cabanillas y Marchamalo.
El ritmo, intenso y sostenido sólo ha querido ser maldecido por uno de los ‘envenados’ en el puente de Meco.
Llegados a Marchamalo, el viento fuerte del Norte pone a cada uno en su sitio.
Los rumores se hacen ciertos, los veteranos recortan por Fontanar y el resto, incluida Contxi, se sobreponen contra las cuestas y las inclemencias metereológicas.
Ahora son David y Bernardo los que empujan del grupo.
A media cuesta, Bernardo es atacado por un extraño mareo que le lleva a girar violentamente el manillar a la derecha.
Sin queja ni grito alguno se deja morir mientras Patillas intenta recuperarlo.
Su lugar es ocupado por Nico hasta Usanos.
La carretera se estrecha, revira y atrinchera hasta el Alto de Malaguilla, haciendo las delicias de los de adelante y la tortura de los de atrás.
Un tobogán muy rápido nos deja, casi con la inercia, en Malaga del Fresno y desde ahí hasta Yunquera, descenso de 10 km con viento a favor a velocidades sostenidas de ¡72 km/hora!
En Yunquera nos juntamos todos de nuevo.
Café rápido.
¡Corriendo!
Salimos escopetados.
Bernardo, malherido y envenenado, se pierde.
Nadie da la vuelta.
El gran pelotón no ha cumplido como se merece en este caso, nos dejamos llevar por los que antes salen y nos olvidamos de lo que pasa más atrás.
Se sigue ruta hacia Fontanar y Marchamalo.
La gran sorpresa: Porras. En contraposición de lo que normalmente hace, hoy se mete en cabeza y a unos rigurosos 35-37 km/h nos lleva constantes hasta Alcalá.
Casi llegando, el mismo ‘envenado’ del puente de Meco repite suerte en Alcalá.
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Hoy, la bruja 'Veneno', HA GANADO.
Hasta la próxima semana.
JC, V´13
siguen gustándome tus escritos Javi ... chapoo
ResponderEliminarsiempre te seguiré.... me encanta
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