Zeros

Despegamos.

Visibilidad baja, niebla, frío.

Longitud 40.4994044151797, Latitud -3.3401732231

A lo lejos se ve un punto rojo.

Estamos llegando.

La mancha roja, segundo a segundo, se va convirtiendo en la imagen del Portaviones de Escuadra Shinano.

Sus 70 toneladas y 266 metros  plagadas de Zeros, dispuestos al combate, concentran a cualquiera.

Aterrizo.

Casi 30 pilotos.

Las órdenes son: Maniobras en el Golfo de Yunquera.

Los efectivos cargan munición,… ametralladoras tipo 97 de 7,7 mm (calibre .303) y 500 disparos cada una, los cañones de ala Tipo 99 (Oerlikon) de 20 mm y 60 disparos cada uno, además de dos bombas de 30 ó 60 Kg están listas.

A orden de banderas en pista, los Zeros salen rumbo al infinito.

Durante la salida se observa al coronel de escuadrilla, Carmona Saburo Sakai, con incidencias en el rotor principal. Ayudado por su mejor piloto escolta, Socu Onishi, tratan de solucionar los problemas para no entorpecer los ejercicios.

El despegue atronador de los Cazas marca el cielo de huellas de humo.

Desorden absoluto.

No hay ritmo estable, el escuadrón se divide en bloques de pocas unidades muy vulnerables ante cualquier ataque enemigo.

El mejor de los camicaces del grupo, Patillas Polkóvnik lleva el ritmo, pero antes, un par de Cazas poco afortunados han roto la formación provocando escuadra desordenada.

Los octanos disminuyen, las millas se suceden y no vemos a los compañeros de vuelo.

Patillas Polkóvnik, modifica 180 grados el rumbo y retrocede.

Tras unos minutos de vuelo, en condiciones pésimas, recuperamos la escuadrilla rezagada.

El grupo retrasado ha sufrido un ataque por sorpresa de las tropas americanas enemigas.

Los daños son cuantiosos.

El coronel Carmona Saburo Sakai con daños en alerón de cola no puede seguir volando correctamente, el Almirante Alberto Isoroku Yamamoto sufre graves daños en la transmisión del motor provocados por disparos directos de los Hellcat americanos y… desde control, nos informan de la desgracia, el capitán de Artillería, Castaño Chuichi Nagumo, ha sufrido un ataque por sorpresa y ha sido derribado.

El grupo, diezmado por la irresponsabilidad de sus acciones, toma rumbo al Aeropuerto Imperial de Fontanar para tratar de reponer fuerzas y reparar los desperfectos de la batalla.

Los aeroplanos se acumulan en los hangares, los técnicos reponen combustible y reparan los desperfectos.

Mientras, la comisión de guerra decide y tras consejo de ley, se condena a uno de los pilotos por falta de responsabilidad.

Ordena el código Samurai,... Harakiri.

Salimos volando de nuevo en dirección Alcalá, en las mismas condiciones meteorológicas: frío y poca visibilidad.

La escuadrilla es liderada, en esta ocasión por El capitán Oki Tadashi Nakajima.

Un bombardero, B-52, aparece en escena y sus incesantes ametralladoras descargan kilos de munición envenenada contra la formación aérea.

En esta ocasión el tocado es el Capitán Viti Minoru Genda.

Tras abatir al enemigo, en ataque comandado por Saburo Sakai, se retorna al Portaviones Imperial Shinano sin mayores problemas.

“Estos últimos años han sido realmente extraños... He conocido en persona a hombres contra los que luché en el aire, me he sentado y conversado con ellos, he trabado amistad. Es el hecho que más me ha impresionado; aquellos mismos hombres que fueran el blanco de mis armas tiempo atrás, me han ofrecido sinceramente su amistad.” 

Saburo Sakai, Tokio, 1956

JC, V’12

PD: Los  Zeros tocados.

Capitán: Viti Minoru Genda

Almirante: Alberto Isoroku Yamamoto

Coronel: Carmona Saburo Sakai