Siempre es interesante hacer un
precalentamiento en cualquier actividad deportiva, máxime si se realiza en
invierno y si la intensidad de dicha actividad puede ser alta ya desde su
inicio.
1º Para empezar.
Hacer giros de tobillos,
rodillas y caderas en distintos sentidos (aproximadamente diez giros en cada
sentido),
Ponerse de puntillas y posteriormente
apoyar sólo los talones.
2º Posteriormente.
Bajar a posición de cuclillas
y levantarse pero siempre de forma suave y lenta.
Calentar tronco y cuello:
rotaciones de hombros adelante y atrás, movimiento de brazos como si nadásemos
a croll, cruzar los brazos estando paralelos al suelo, mover la cabeza como si
negásemos, giros de cabeza y, ojo, nunca cabeza arriba y abajo (como si
afirmásemos) no es bueno para las cervicales ese movimiento debe hacerse de
forma que la barbilla toque el pecho lateralmente no en vertical.
Hacer unas inspiraciones y
espiraciones profundas para que la musculatura que interviene coja
elasticidad y activemos el surfactante pulmonar.
3º Como parte final de esta preparación.
En nuestro caso para la marcha en
bici no está de más un automasaje que estimulará la circulación
sanguínea.
Estando tumbados, partimos del tobillo y presionando con ambas manos nos dirigimos a la rodilla, después de repetirlo varias veces hacemos lo mismo del tramo que va de la rodilla a la cadera.
Estando tumbados, partimos del tobillo y presionando con ambas manos nos dirigimos a la rodilla, después de repetirlo varias veces hacemos lo mismo del tramo que va de la rodilla a la cadera.
Pues ya estamos listos para disfrutar sufriendo o sufrir disfrutando de
una nueva marcha ciclista, pero esta vez en unas condiciones un poquito
mejores.
MAA, AH'12
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