Cuanto maleante suelto a las 09:30 Am en
la Plaza de Cervantes,… los tenemos altos, bajos, feos y guapos, gordos y
flacos,…
El que no viste al Ilustre Hidalgo de
rojo,
ríe como una Hiena en plena subida de las
Castillas.
El que no sale por los Chichos con cante Jondo,
salta por bulerías al estribillo.
Pues eso, que aquí,… están todos,… un poquito
locos.
Según parece, cuentan por ahí las viejas
leyendas, que se terminó la temporada, es decir, que ahora,… se sale despacio,
por parejas y mirando al que viene por detrás echando los higadillos,… para que
llegue a casa con ganas de volver.
Lo cuentan por ahí,… sí.
Hoy, de nuevo, vacilón a lo esperado.
Tradiciones pa' traiciones
Ambiciones pa´oraciones.
Se salió bien, pero tras 15 km de calentamiento,
la subida al Albolleque puso a unos el sabor a sangre en el paladar y a otros,
a escupir de forma convulsiva y desagradable.
Pero,… no pasa nada,… ‘todo va bien’.
Seguimos subiendo el Clavín para llegar a
Guadalarajara mientras se canta a los Chichos al son de la cadencia del pedal y
con ritmos de cambio de piñón.
Aquí hay unos cuantos torturadores a los que
les gusta, a base de plato, hacer sufrir al personal repecho, tras repecho.
De verdad que quedo incrédulo de cómo la
gente aguanta semejantes paliza finde tras finde, sin más entreno que el que
dejan los huecos del día a día.
Paradita, cafecito del ahorcado y de vuelta a
la faena.
Sólo restan 15 km de etapa, llana y ‘tranquila’…
queda lo mejor.
Mientras unos aún están poniéndose las
gafas o ajustando las clavijas de las zapatillas, dos iluminados escapan
apresurados del rigor del pelotón.
El Pi y Betini, se van unas decenas de metros
mientras, desde atrás, se mira con cautela.
Las cosas cambian, las posiciones se
estudian, la gente se coloca con rigor matemático,… huele a guerra.
La desorganización es la aliada de la
escapada que convierte las decenas de metros en casi las dos centenas.
Calculamos.
El cuenta marca 32-34.
Así va mi abuela cuando va al Mercadona
tirando del carrito.
Es hora de ponerse serio.
Los cánticos gitanos dan paso al tambor de
guerra.
Remeros de galeras, tiran aprisa.
Ya rondamos los 38 km/h y las distancias
no se recortan.
Pasamos a las cruzadas y a los
irreductibles relevos contra escapados.
A 40 - 50 km/h entra el pelotón en
barrena, uno tras otro se van pisando los cayos de la carretera con la mirada
puesta en los suculentos y jugosos bocados que están a punto de llegar.
Llegó.
Cazados, atrapados y el ritmo no baja.
Quedan menos de 5 km a meta y la cosa se
embrutece aún más.
Ataques, recuperaciones y contraataques
son la tónica dominante de esta escapada fulgurante de adrenalina que lleva a
unos y otros a dar lo mejor de sí.
Casi que nos ‘porculiza’ el sillín de la
posición de flaco galgo corredor que tras la liebre vuela con ojos desorbitados
y respiración agónica.
Llegó el final y como en buen ‘tablao’,
toca dar palmas y volver a cantar por los Chichos a la llegada de Alcalá.
Que esta vida sea de risas y buen vino
Que el buen cante y un amigo
metan ruido a la tristeza,
¡Alegría!
Hasta la semana que viene.
JC, V´14